Este proyecto fue un desafío muy entretenido, con mucho trabajo de por medio, para que los espacios quedaran en sintonía con la arquitectura de la casa, (proyectada por un gran arquitecto chileno, Mathias Klotz ) y también en sintonía con lo que buscaba el cliente. Lo que se nos pidió eran espacios acogedores y a la vez elegantes pero sin caer en algo muy formal. Para esto nos preocupamos de diseñar muebles únicos con materiales que conversaran con la arquitectura, siempre preocupándonos de lograr un equilibrio entre lo cálido y lo frío de las materialidades, acompañado de una paleta de colores que aporta calidez y "alegría" a los espacios.